PRESENTACION DE CANDIDATOS A LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
CONSEJO PERMANENTE EXTRAORDINARIO
PRESENTACION DE CANDIDATOS A LA CORTE INTERAMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS
Washington, D.C., 29 de mayo de 2024
INTERVENCIÓN DEL DR.
ALBERTO BOREA ODRIA – CANDIDATO DEL PERÚ
Señor presidente
del Consejo Permanente, señoras y señores representantes permanentes, candidatos
y candidata a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Es un
honor dirigirme a ustedes en esta sesión extraordinaria del Consejo Permanente
de la Organización de los Estados Americanos, y debo confesarles que me siento particularmente
invadido de gratos recuerdos de hace dos décadas exactamente, cuando tuve el
honor de representar al Perú como Representante Permanente ante esta honorable
Organización hace exactamente 20 años atrás.
Hoy
vuelvo como candidato a la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el
convencimiento de que el Perú puede aportar mucho más al Sistema Interamericano
de Derechos Humanos, en particular a la labor de la Corte Interamericana. Mi
candidatura es pues, una expresión del firme compromiso del Estado peruano con
la OEA, con los principios y valores que la fundamentan y con la convicción de
la necesidad de fortalecer este importante órgano del sistema interamericano en
beneficio de millones de americanas y americanos.
Agradezco
de manera particular la presencia del señor Ministro de Relaciones Exteriores
del Perú, Javier González Olaechea Franco, por su presencia en la jornada de
hoy, evidencia del respaldo a este propósito.
Agradezco
también las presentaciones de las candidaturas efectuadas recientemente y expongo
ante ustedes las razones por las que considero que puedo contribuir a la labor
de la Corte IDH.
Desde
mis primeros años como abogado, he estado comprometido con la defensa de los
derechos humanos y la promoción de la democracia en todo el hemisferio
americano. He tenido el privilegio de desempeñar roles importantes tanto en el
ámbito jurídico como en el político, siempre con el objetivo de contribuir al
fortalecimiento del estado de derecho y la justicia en nuestras sociedades. He
luchado incansablemente contra las dictaduras toda mi vida. Esto me llevó al
exilio y a vivir en Costa Rica, país hermano que me acogió por más de 8 años.
Ahí continué mi labor académica y pude producir algunos de mis libros, como “La
difícil democracia de América Latina”, en donde hablo acerca de los desafíos en
materia de derechos humanos y de democracia que América Latina enfrentaba por
allá entonces, pero que todavía tiene pendiente por superar.
La
larga trayectoria jurídica en el ejercicio profesional se ha traducido, en mi
caso, en una vasta experiencia en el ámbito del derecho constitucional y la
defensa de los derechos humanos, tanto a nivel interno en el Perú, como en el
sistema interamericano de derechos humanos, lo que me ha permitido formar una
visión completa de la problemática regional en el ámbito de la protección y
promoción de los derechos humanos.
Fruto
de mi largo trajinar político, judicial y académico por el hemisferio puedo
decir sin ningún problema que conozco de cerca la problemática que afecta a la
ciudadanía, no solo del Perú, sino también de Norteamérica, Centroamérica, el
Caribe y Sudamérica. El conocimiento que he adquirido de los problemas, retos y
logros del funcionamiento del sistema interamericano y de las reales
necesidades de justicia de las poblaciones americanas es producto también de mi
experiencia como Representante Permanente del Perú ante la OEA en los años 2004
y 2005. En este rol, junto a destacadas y destacados colegas dimos pasos
concretos en la defensa y promoción de los derechos humanos y defendimos con
firmeza los principios democráticos que todos compartimos.
Ello
me permitió contribuir también a promover, desde el plano académico, la
educación y promoción de la cultura democrática en el hemisferio a través del
lanzamiento de la “Cátedra de las Américas”, que tuvo como orador en su cátedra
inaugural, nada menos que al ex Presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter,
el 25 de enero del 2005.
Mi
conocimiento sobre las similitudes, pero especialmente de las particularidades
y necesidades que producen las diversas realidades de Norte, Centro y Suramérica
y del Caribe es otro de mis activos. Desde Canadá hasta Chile, pasando por
Jamaica, Barbados, Grenada, Dominica y Surinam que tuve el placer de visitar
recientemente, ser recibido por sus altas autoridades, conversar con sus
habitantes, y vivir los desafíos que temas como la violencia, el cambio
climático, los riesgos hídricos, las crisis migratorias, y las consecuencias
que las dinámicas de las relaciones internacionales en la actualidad generan a
los ciudadanos más vulnerables, reafirman mi convicción en la necesidad de que
el sistema interamericano de derechos humanos no puede concebirse como un
órgano distante de esas necesidades. Es crucial que las juezas y jueces de la
Corte conozcan los problemas de nuestras poblaciones y que sepan también
valorar los esfuerzos de los Estados por atender las eventuales vulneraciones a
los derechos fundamentales en nuestra región con una mirada humana, realista y
que sus decisiones sean justas, equilibradas y fundadas en el derecho.
A lo
largo de mi carrera política, judicial,
académica y diplomática, he tenido la oportunidad de trabajar en estrecha
colaboración con diversas organizaciones de la sociedad civil y gobiernos de nuestra
región, entendiendo las particularidades y desafíos que enfrentan para
garantizar plenamente el disfrute de los derechos y libertades fundamentales, lejos
de todo discurso político del momento o de ideologías sesgadas que no aportan
nada al Estado de derecho ni a la protección de los derechos fundamentales.
Esta
perspectiva regional me permitirá, en caso pueda contar con la confianza de sus
distinguidos gobiernos, abordar los casos que se presentan ante la Corte con
una sensibilidad y comprensión profundas de los contextos específicos de cada
situación y con el necesario equilibrio y madurez de una persona que no solo ha
vivido en carne propia los abusos de gobiernos autocráticos, sino que ha
fomentado en el seno de la Comisión y de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, procesos en defensa de compatriotas cuyos derechos se vieron
vulnerados.
En medio
de un contexto global de profundos desencuentros y enfrentamientos bélicos, es
imperativo reafirmar la vigencia del derecho internacional y en particular el
de los derechos humanos. Por ello deseamos contribuir con el fortalecimiento de
la labor de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Las comprobadas
credenciales democráticas que me acompañan y toda una vida dedicada a la defensa
constitucional y convencional de los derechos humanos, así como un desempeño
ético en el ejercicio permanente de todos los actos públicos y privados en mi
vida, son mi mejor compromiso para hacer frente a los actuales retos
hemisféricos que tiene por delante la Corte IDH.
Subrayo
mi total independencia y autonomía de pensamiento, evidenciado en que no ocupo
un cargo público en el Estado peruano desde que dejara mi asiento en esta
honorable organización, hace ya 20 años.
Estimados
representantes, deseo expresar mi gratitud por escucharme y expresar su
confianza en mi candidatura. Tengo la firme convicción que con su apoyo
podremos trabajar juntos pueblos, sociedad civil y gobiernos poner en práctica
la idea de esta organización: más derechos para más personas.
Pido
a Dios que nos de sabiduría y fortaleza para cumplir esa tarea.
Muchas
gracias.
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