SEGUNDA LLAMADA
SEGUNDA LLAMADACon ocasión del lamentable deceso de Nano Guerra García
Segunda llamada
En las funciones teatrales se hacen al público tres llamadas: la primera para avisar a los asistentes que deben ingresar, la segunda para avisarles que falta poco para comenzar y con la tercera se inicia la función.
El imprevisto fallecimiento de Hernando Guerra García, con apenas 60 años de edad, aparentemente sin ninguna enfermedad y con un futuro político por delante, ha significado para mí una segunda llamada; y podría serlo también para otras personas, sobre todo para quienes han pasado la barrera de los 60. Fui amigo de “Nano”, y por ello el impacto emocional; pero, aunque hablaré de esa amistad al final del artículo, la reflexión va más allá de lo personal, teniendo en cuenta que en cualquier momento vendrá para cada uno su “tercera llamada” y entraremos a una nueva función en otra dimensión. Preguntas claves Esta segunda llamada nos debe llevar a tres preguntas claves: lo que hemos hecho en la vida, lo que deseamos seguir haciendo, y sobre todo el sentido de lo vivido y lo que viene por vivir. Tres preguntas que si bien son más acuciantes para quienes habiendo pasado la sexta década vemos la partida más cerca, deberían también hacérselas las personas más jóvenes, pues nadie tiene la vida comprada y en cualquier momento puede venir el final. Para quienes somos cristianos, las palabras de Jesús de Nazaret en Mateo 24, 42-51 hacen énfasis en esta preocupación: Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre.
Construir nuestra trascendencia
Todos tenemos necesidad de trascender, de dejar una huella en la vida. Pero debe quedar claro que trascender no implica necesariamente fama o poder; lo importante es que hayamos sido significativos para algunas o muchas personas. De no lograrlo, al final de la vida puede venir lo que Erikson en su teoría psicosocial llama la Desesperación.
La trascendencia no se declara, se construye a lo largo de la vida en las relaciones con otras personas. Estamos a tiempo para hacerlo, seamos jóvenes o mayores, siempre y cuando demos a nuestra vida un sentido, dentro del cual necesariamente deben estar los otros. Que la temprana desaparición de Nano Guerra García nos anime a buscar transcendencia. Que sea realmente nuestra segunda llamada.
Amigos desde la década de 1970
No haré un comentario sobre la trayectoria política ni emprendedora de Nano; mucho se ha escrito al respecto y para el objetivo de este artículo no es necesaria. Hablaré brevemente de nuestra amistad, por la cual su muerte es para mí una segunda llamada.
Lo conocí en 1979 en la Comunidad Cristiana Héctor De Cárdenas, a la que pertenecí hasta 2017. Luego militamos juntos una década en el Partido Socialista Revolucionario; disuelto el Partido continuamos en permanente contacto en varias actividades como Karate, conferencias, reuniones; me consultaba sobre política, aun cuando discrepáramos en varios temas. Desde hace unos años ambos éramos parte de un grupo de debate político.
Como todas las personas Nano tuvo defectos, pero ampliamente superados por sus virtudes: cordial, dialogante, valiente, honesto, enamorado del Perú, lector empedernido (tenía una enorme biblioteca), inteligente, buen orador. Entre tantas cosas vividas juntos tengo presentes ahora dos grandes recuerdos. Ser el 2012 parte del equipo organizador del homenaje por los 70 años de quien para nosotros es un ejemplo de político, Alfredo Filomeno. Y su actitud cuando el 2017 viví una situación difícil, que me permitió conocer quiénes eran mis verdaderos amigos; Nano fue uno de ellos. Gracias Nano por tu vida, tu amistad, y ahora con tu muerte por ser parte de mi segunda llamada.
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